Por Juan Tomás Valenzuela
Se fue pa’tra el nigeriano
que en el dos mil diecisiete,
Nalgarita y Peterete
(ese ungido maca…)
trajeron a matar sanos
desde el pueblo de Nigeria,
siendo parte de una feria
de dolo y de corrupción,
usando la sanación,
como figura de engaño,
pá quedarse cuatro años
cómodos en el sillón.
Estaba el creyente al pecho
queriendo que este mesías,
con milagro o brujería
los libre de lo malhecho.
Dandose golpe en el pecho,
llegó más de un funcionario,
rogándole a este vicario
que lo libere del mal,
si Luis llegara a ganar
y les saca su prontuario.
Con dinero del Estado,
o peor, de mis impuestos,
este rufián deshonesto,
chantajista y avezado,
tenía un teatro montado
como hacedor de milagros.
Y en siendo gente del agro
que apareció en el camino,
le dieron a este adivino
más credibilidad que a Almagro.
T B Joshua solamente
no vino a sanar cretinos,
vino a sellar el destino
de ese ungido malviviente
que quería ser presidente
tres veces consecutivas,
tirando cuarto pa’rriba,
burlándose del León,
apoyando corrupción
y otras acciones furtivas.
Pero perdió el presidente,
T B Joshua se murió,
fue Abinader, quien ganó
y están armando expedientes.
Si el ñús fuera inteligente,
y viera su situación,
negociaría con Rondón
un trato de caballeros,
que quien se ajorque primero
le pague al otro el panteón.
Juan de los Palotes
6 junio 2021